Ciudad de México
Varios de los líderes del G20 coincidieron ayer, en la primera jornada de la cumbre de este organismo multilateral, en la importancia de contar con un sistema que garantice el acceso universal a las vacunas contra el virus, uno de los temas que se perfila como prioritario de este encuentro, que concluye hoy.
También pidieron luchar contra sus devastadoras consecuencias económicas, entre ellas la deuda.
La reunión de dos días de los países más ricos del mundo (a los que se suma la Unión Europea) se celebra en medio de críticas por su respuesta a la recesión mundial y cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue sin reconocer su derrota en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Esta vez no hubo una gran ceremonia de apertura ni reuniones bilaterales, en una cumbre limitada a sesiones cortas online.
“Aunque somos optimistas sobre el progreso en el desarrollo de vacunas, terapias y herramientas de diagnóstico para el Covid-19, debemos trabajar para crear las condiciones para un acceso asequible y equitativo a estas herramientas para todo el mundo”, dijo el rey Salmán en su discurso inaugural, bajo la mirada del príncipe heredero Mohamed bin Salmán, líder de facto del país. El anfitrión de la cumbre aparecía en el centro de la pantalla y rodeado de imágenes en miniatura de los líderes mundiales. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo una breve aparición y habló principalmente de su balance, indicaron a la AFP dos participantes. Luego fue a un campo de golf cerca de Washington.
“Evitar un mundo a dos velocidades”
“¿Estaremos preparados para garantizar el acceso [a las vacunas] a escala mundial y evitar a toda costa el escenario de un mundo de dos velocidades?”, se preguntó el presidente francés Emmanuel Macron en su discurso. “Tenemos que garantizar el acceso a escala planetaria”.
Aunque celebró la puesta en marcha del mecanismo internacional COVAX, dedicado a garantizar un acceso justo y equitativo a las vacunas contra el virus, Macron recalcó que “hacen falta más contribuciones” y propuso crear un mecanismo de donaciones de estos medicamentos de los países desarrollados para aquellos en desarrollo. La canciller alemana, Angela Merkel, consideró que “para poder superar la pandemia cada país tiene que tener acceso y ser capaz de acceder a la vacuna” y que los fondos recaudados hasta ahora dentro del sistema de COVAX “no son suficientes para alcanzar este objetivo (…) Por lo tanto, apelo a ustedes para apoyar esta importante iniciativa”.
También el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, defendió durante su participación en la reunión de líderes del G20 que el acceso a las terapias y a las vacunas debe ser un derecho de todas las poblaciones.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anticipó antes de la inauguración de la cumbre, que durante su intervención subrayaría el compromiso de Reino Unido para trabajar en favor de un acceso universal a las futuras vacunas, de acuerdo con un comunicado del 10 de Downing Street, su despacho oficial.
El presidente Argentino, Alberto Fernández, afirmó en una intervención grabada en el evento paralelo de la cumbre que “la cooperación y la solidaridad son los dos elementos claves para luchar contra la pandemia”.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, también remitió un mensaje grabado que difundió la organización del G20 antes del inicio de la cumbre, en el que señaló que “la cooperación dentro del G20 es clave para superar la pandemia… y retomar el camino de la recuperación social y económica”.
Putin ofrece sustancia a otros países
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo a los líderes del G20 que su país está listo para proporcionar Sputnik V, su vacuna contra el coronavirus, a otras naciones que la necesiten.
Mientras, el presidente Pedro Sánchez, que participa en el evento del G20 por la condición de España de invitado permanente, reclamó a los líderes del grupo un acceso justo, equitativo y universal a las vacunas.
La vacunación contra el Covid-19 en España comenzará en enero de 2021 y no será obligatoria, según adelantó el ministro español de Sanidad, Salvador Illa.