Por Jorge Ceballos

Muchos cuadros políticos que intentan recalar en Morena para buscar un cargo de elección popular el próximo año, creen que por su simple historia y linda cara ya tienen asegurada su participación en el partido gobernante, sin embargo, están pasando por alto que, todo aquel que busque representar las siglas del vino tinto tiene que tomar cursos de formación política, de no hacerlo simplemente se quedarán como el chinito: mirando.

Este ejercicio no es más que enviar a la escuela de formación de Morena a todos quienes pretendan buscar un espacio de elección popular, para que entiendan de que se trata la lucha de la izquierda que gobierna a México y Chiapas desde el 2018. Estos cursos de formación se asemejan a los famosos talleres que en los momentos de hegemonía instauró el PRI y que en varias elecciones sirvió como filtro.

Cuando el tricolor instauró enviar a la “escuelita” a sus cuadros que se sentían con derechos de ser candidatos, muchos resultaban reprobados en los exámenes que les aplicaban, así el tricolor se fue despojando de gente ambiciosa que comenzó a recalar en partidos opositores en los que eran recibidos a dos manos con la intención de propinarle reveses al viejo PRI.

Con la efervescencia que se vive en Chiapas, en la que ahora esos que no trabajaron para construir Morena se sienten con mayores merecimientos que sus fundadores para obtener candidaturas, los cursos de capacitación pueden servir para ir depurando la lista de quienes ya se relamen los bigotes creyendo tener ganado un espacio.

Seguramente la mayoría de quienes por ambición y por esa naturaleza de traición que caracteriza a los políticos y que vieron en Morena el espacio perfecto para seguir gozando de privilegios, poco o nada saben del fondo de la lucha de la izquierda en nuestro país, es más, gente como Eduardo Ramírez Aguilar se sentiría aludido en algún curso de formación cuando se hable de combate a la corrupción.

¿Personajes como Yamil Melgar Bravo que puede captar de una capacitación en la que se hable del bien común y de beneficiar a quienes más lo necesitan? Seguramente nada, si ha estado acostumbrado a beneficiarse de esa clase baja a la que desprecia y mira con reojo porque siente que no están a su nivel.

Hay gente que se subió al tren de Morena porque simplemente le convino a sus intereses personales, porque en el fondo han detestado al propio Andrés Manuel López Obrador, un claro ejemplo de esa actitud convenenciera es el empresario Felipe Granda, cuya esposa en redes sociales manifestó hasta el cansancio su repudio al hoy presidente, en tanto que el actual legislador en el 2018 hizo campaña en contra de quien hoy gobierna.

En pocas palabras, esos cursos de capacitación o formación serán un hervidero. Ahí se comprobarán que los políticos lo que menos tienen es congruencia y que solamente los mueven el poder y el dinero público para seguir viviendo inmersos en la burbuja que produce el poder.

Pero no solo son los neomorenos han cometido pifias, existen gente que desde antes de 2018 comulgaba con Morena y que apenas lograron obtener el poder y se transformaron en eso que tanto se combatió y se criticó, ejemplos abundan: Rosa Irene Urbina Castañeda, Ernesto Cruz Díaz, Nicolás Noriega y otros que simplemente sacaron a relucir su verdadero ADN político.

En ese sentido, los cursos de formación política que por estatuto deben tomar todos aquellos que busquen ser candidatos por Morena, deben servir para enviar al fragor de la batalla a los mejores cuadros, a esos que, si están comprometidos con las causas sociales, incluso, deberían hacerles un examen psicológico para detectar sus posibles trastornos y al final no llevarse sorpresas.

Pero lo que si puede esperar caro lector (a) es que el próximo año veamos a cientos de Judas traicionando a Morena cuando no sean nominados, es más serán los primeros que operen para tratar de hacer perder a este partido, sin embargo, los ciudadanos tienen identificados a quienes simplemente hacen política por beneficio propio, en busca de dinero y poder. Será allí, justamente cuando ese movimiento volverá a sus principios, cuando los vulgares ambiciosos se hayan ido a tirar veneno a otra parte.

Violadores

Al PVEM no le basta haber dejado una historia de corrupción y malversación de recursos en seis años de gobierno, no, ese instituto político sigue pisoteando sus propios estatutos, vayan violentan las reglas que deben regirlos.

El pasado 25 de febrero ese instituto presidido por la diputada Valeria Santiago Barrientos, tomó protesta como dirigente municipal en Tuxtla Gutiérrez a Carlos Molano, sin embargo, lo hizo violentando flagrantemente el artículo 9º de sus estatutos, el cual señala que: “que causará baja como militante o adherente del Partido Verde Ecologista de México, quien sea postulado por otro partido político a cualquier cargo de elección popular”.

Solo basta recordar que el exalcalde interino y hoy dirigente municipal del PVEM fue candidato de la alianza “Va por México” a la diputación federal por el sexto distrito en la elección de 2021, perdiendo ante Jorge Luis Llaven Abarca, si hubo militancia de Carlos Molano hasta antes de ese año, quiere decir que quedó suspendida o lo que es peor, fue expulsado.

Entonces pasándose los estatutos por el Arco del Triunfo, Valeria Santiago y compañía simplemente violentaron los derechos políticos de Jorge Martínez quien era quien dirigía a ese partido.

El problema de fondo es que, Jorge Martínez en diversas ocasiones exigió que en el PVEM existiera transparencia en el manejo del presupuesto público que mensualmente llegan al área de finanzas, algo que simplemente fue contra natura, porque si algo cataloga a los miembros de la elite de ese partido, es justamente la falta de claridad en el manejo del dinero a su disposición.

En pocas palabras, Jorge Martínez quiso transparentar un ente que está corrompido desde sus entrañas, un partido político que es manejado por 27 personajes entre ellos Manuel Velasco Coello, quienes ven al PVEM como una franquicia a la que pueden exprimir.

Ahora la violación cometida por Valeria Santiago Barrientos fue impugnada, y de acuerdo al promovente, no descansará hasta que las autoridades se manifiesten al respecto y se reestablezca el estado de derecho.

Pero mientras eso sucede, Carlos Molano está usufructuando una posición que obtuvo de manera ilegal y a base de componendas desconocidas. Por lo pronto lo único cierto es que en el PVEM se echaron un alacrán a la uña, porque Jorge Martínez no será alguien que vaya a desistirse fácilmente de su lucha.

Vaya talento

Que tiemblen los grandes escritores chiapanecos, porque actualmente han surgido los aportes “literarios” de gente como Luis Armando Melgar Bravo, Eduardo Ramírez Aguilar y hasta de Patricia Armendáriz. Resulta que estos legisladores han comenzado a sacar libros a diestra y siniestra, sin embargo, cabe la duda si estos son editados con dinero del Poder Legislativo.

Lo real es que tanto Luis Armando Melgar como Eduardo Ramírez salen con estas obras, en estas épocas en las que ambos intentan ser candidatos a gobernador, este par creen que la gente es ingenua, lo único que hacen es llamar la atención, para que los volteen a ver… Hasta la próxima.