Ciudad de México

La presión sobre los hospitales neerlandeses es ya «un tsunami», con casi la mitad de las camas en unidades de cuidados intensivos ocupadas por pacientes de Covid-19, lo que exige el traslado de enfermos a hospitales alemanes, advirtió hoy el Centro de Coordinación para la Distribución de Pacientes.

De las mil 150 camas de UCI que tiene oficialmente Países Bajos, 463 están ocupadas con enfermos de Covid-19 y 460 con pacientes con otras patologías que requieren de cuidados intensivos, un aumento que se acelera más rápido que las hospitalizaciones en las salas regulares, donde hay ingresados otros mil 540 pacientes con coronavirus.

«La primera ola se presentó como un maremoto, ahora esto es más un tsunami. La primera ola parece menos alta, pero el agua que seguirá es más fuerte», afirmó Ernst Kuipers, coordinador del Centro, que aseguró a la prensa que, aunque el número de contagios deje de aumentar, el pico de admisiones hospitalarias tardará tres semanas en regularse.

Para Kuipers, este desarrollo de la situación es «preocupante» y «se necesitará mucho tiempo antes de que veamos el efecto de las medidas aplicadas contra el coronavirus», lo que empezará a notarse cuando los pacientes con Covid-19 bajen de 300 en la UCI y de 600 en la atención regular.

La construcción de hospitales especiales para pacientes con coronavirus no es una solución en este momento porque, dice, «el problema no es la falta de infraestructura o de equipos respiratorios, sino la falta de personal», un escenario que ya se vio el pasado marzo.

Kuipers espera que mañana, viernes, sean trasladados a Alemania los primeros pacientes graves con coronavirus, porque «por el momento hay pocas opciones» y, aunque el número de contagios en Alemania está aumentando, la preocupación sobre la saturación de los hospitales es menor que la que hay ahora en Países Bajos.
Solo Renania del Norte-Westfalia, la región alemana equivalente en densidad de población a todo Países Bajos, tiene 6 mil camas de UCI disponibles para sus residentes.

El Instituto holandés de Salud Pública (RIVM) documentó en las últimas 24 horas un total de 9.283 nuevos contagios, otro récord este mes, tras registrarse 526 positivos más que ayer, la mayoría en Ámsterdam (805), Róterdam (677) y La Haya (446).

Para aliviar la saturación de los laboratorios, Países Bajos también planea levantar siete puestos para hacer test rápidos a principios de noviembre con ayuda de los militares, que no solo participarían en la construcción de estos puestos, sino también en la realización de las pruebas a los ciudadanos, según el canal holandés RTL News.

De salir adelante, sería la primera vez desde marzo que las autoridades sanitarias holandesas autorizan el uso de test rápidos en el país, hasta ahora de dudosa fiabilidad.

La semana pasada entró en vigor «un confinamiento parcial» en Países Bajos que supuso el cierre total de bares, restaurantes y terrazas, así como la aplicación de una «ley seca» para el alcohol y las drogas a partir de las 20:00 horas cada día, con la prohibición de su venta o consumo en la calle.