Ciudad de México
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureció el martes su ofensiva contra la integridad de su rival demócrata, Joe Biden, a dos días del decisivo debate final televisado entre ambos antes de las elecciones del 3 de noviembre.
Trump, rezagado en las encuestas y temeroso de ser un presidente de un solo mandato, tiene un tono más agresivo que nunca.
¿Su ángulo de ataque? Los negocios del hijo de Biden, Hunter Biden, en Ucrania y China, cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
«Este es un caso de corrupción importante», dijo Trump esta mañana a Fox News, afirmando que el fiscal general, Bill Barr, debería iniciar rápidamente una investigación.
«Esto tiene que saberse antes de las elecciones», apuntó el presidente republicano, quien ha estado insistiendo desde hace varias semanas, sin pruebas concretas que lo sustenten, que la familia Biden es una «empresa criminal».
En este contexto, el último debate entre los dos candidatos septuagenarios, que tendrá lugar el jueves en Nashville, Tennessee, promete ser tenso, después de un primer cara a cara particularmente caótico plagado de interrupciones y golpes bajos.
«No hay nada justo en este debate», dijo Trump, reiterando sus virulentas críticas a la moderadora, la periodista de NBC Kristen Welker, así como a la Comisión de Debates Presidenciales (CPD), la entidad independiente a cargo de su organización.
Para evitar la cacofonía del primer duelo televisado, la CPD decidió silenciar los micrófonos de los dos candidatos cuando no tengan la palabra.
«Es deseo de la comisión que los candidatos sean respetuosos con sus respectivos tiempos de intervención, lo que hará avanzar el debate público en beneficio de los espectadores», dijo.
Trump dijo que participará igual, pero insistió en que «es injusto».
¿Cambiará su estrategia desde el primer debate, durante el cual interrumpió permanentemente a su rival demócrata?
«Algunos dicen que hay que dejarlo hablar porque siempre termina perdiendo el hilo», respondió Trump en alusión a Biden, luego de meses en los que busca retratar a su oponente como un anciano senil que no entiende qué está pasando.
Como en 2016, Trump se presenta como un candidato que no pertenece a la clase política y que lucha por los estadounidenses, lejos de las intrigas de Washington.
«Estoy luchando contra el Partido Demócrata, contra los medios de Noticias Falsas (…) y ahora contra los gigantes de la tecnología», dijo.
El Departamento de Justicia estadounidense demandó a Google el martes por infracción de la ley de competencia, acusando al titán de Silicon Valley de mantener un «monopolio ilegal» en las búsquedas y la publicidad ‘online’.
Esta es la acción legal más importante en más de 20 años llevada a cabo por el gobierno federal estadounidense contra uno de los gigantes de la «Big Tech» estadounidense (Google, Amazon, Facebook, Apple).
Trump aparece 8.6 puntos porcentuales por debajo de Biden en el promedio de encuestas nacionales de RealClearPolitics. Y en los estados clave para ganar la elección, la ventaja de Biden es de 3.9 puntos.
Preguntado por la acumulación de encuestas desfavorables, Trump se mostró confiado, destacando su capacidad para movilizar grandes multitudes en sus recorridos por el país.
«Creo que estamos en una muy buena posición», dijo, horas antes de volar al estado clave de Pensilvania, donde debe continuar su maratón de mitines.
«Nunca habíamos visto actos de campaña con tanto amor y tanta gente», enfatizó el presidente, que pronto prevé volver a Florida, otro estado crucial donde Trump y Biden están cabeza a cabeza en las encuestas y donde el lunes comenzó el voto anticipado.
La votación anticipada se está siguiendo con especial atención este año, ya que continúa batiendo récords, lo que a veces da lugar a largas colas en los estados donde se ha iniciado.
Unos 30 millones de estadounidenses en todo el país ya han votado anticipadamente por correo o en persona, lo que podría representar casi una quinta parte de la participación total, según la organización independiente Elections Project.