Ciudad de México
La última gran obra de este Cruz Azul, campeón icónico de liga tras 23 años, fue obtener otro trofeo, ahora el campeón de campeones al dejar tendido en el césped al León por 2-1.
Ilusiona, emociona, motiva y enorgullece el Cruz Azul, que hasta hace siete meses atrás era el principal blanco de mofas. Hoy en día está incuestionable y acumula partidos victoriosos por racimos.
Su goleador, Jonathan Rodríguez, en el envión de haber sido el artífice del último gol, el del campeonato de liga, siguió la misma línea y se apuntó un par de veces en el marcador para vencer al León que arribó a este partido con el derecho que le dio el campeonato del Guardianes 2020.
Es difícil que Cruz Azul juegue mejor de lo que lo ha hecho en los últimos meses, ahí radica realmente el reto de Juan Reynoso para el porvenir, lo que se presenta en lontananza es la oportunidad de crear una nueva gran historia.
El partido, jugado en Carson, California, como parte de una pretemporada y el portazo de apertura del siguiente torneo, resultó entretenido y vistoso.
Ambos equipos tuvieron buenas oportunidades y si no hubiera sido por la valiosa participación de los porteros, otra cosa se habría escrito en el primer tiempo.
Sin embargo, Cruz Azul, con mejor embalaje y construcción, abrió el marcador tras un centro de Escobar que fiel a su estilo captó en el área chica Jonathan Rodríguez.
Minutos después, un buen pase de Santiago Giménez lo dejó claro y testero ante Vázquez Mellado para definir con una excelsitud sólo vista en el uruguayo.
Ni la expulsión de Yoshimar Yotún por su conato de falta pervirtió el esquema de la Máquina, sin embargo, sí le hizo pasar conflictos en la zona baja cuando el León, ya sin nada que perder, se fue encima para descontar por medio de su nueva contratación, Santiago Ormeño sin que fuera suficiente para alcanzar el empate.