Ciudad de México

La policía de Haití informó ayer que detuvo a 15 colombianos y a dos estadunidenses relacionados con el asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido el miércoles y por el que se manifestaron miles de haitianos que exigieron justicia.

Indicó que en el magnicidio participaron 28 sicarios, ocho son prófugos y siete fueron ultimados.

“Inicialmente la información señala que los ciudadanos colombianos son miembros retirados del Ejército Nacional”, dijo en una declaración el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano.

En rueda de prensa, el jefe de la Policía de Haití, León Charles, detalló que 15 colombianos y dos estadunidenses de origen haitiano fueron capturados tras una operación policial que inició el miércoles, inmediatamente después del crimen.

“Era un comando de 28 atacantes, incluidos 26 colombianos, mientras que interceptamos a 15 colombianos y a dos estadunidenses de origen haitiano. Tres colombianos murieron y otros ocho están prófugos, dijo.

La primera dama, Martine Moïse, resultó herida durante el ataque e inicialmente tratada en un hospital local y luego trasladada en avión a Miami, donde es atendida en el Jackson Memorial, reportaron varios medios estadunidenses que añadieron que su condición es “crítica”.

Tiendas, bancos, puestos de gasolina y pequeños comercios cerraron sus puertas en una ciudad en tensión, a la que se suma una controversia sobre la transición del poder.

“Ya tenemos a los autores físicos y estamos buscando a los autores intelectuales” del magnicidio, afirmó Charles.

Ayuda de Estados Unidos

El Departamento de Estado de Estados Unidos, sin confirmar el arresto de ciudadanos estadunidenses, anunció que aceptó ayudar a la policía haitiana con la investigación.

Varios “posibles autores” del crimen “se refugiaron en dos edificios” de Puerto Príncipe y “están rodeados por la policía”, dijo, por su parte, a periodistas de Nueva York la enviada de la ONU para Haití, Helen La Lime.

Añadió que el primer ministro de Haití, Claude Joseph, se mantendrá al frente de la nación caribeña el tiempo que falte para realizar elecciones, previstas a finales de este año.

El crimen desestabiliza aún más al país más pobre de América, que ya estaba sumido en una crisis política y de inseguridad, plagado de pandillas que entre otros delitos se dedican a los secuestros extorsivos.