Ciudad de México
Entre juncos marrones, los cuerpos envueltos en telas de color azafrán flotan en las aguas sagradas del Ganges, un triste recordatorio de la ferocidad del coronavirus en India, que en pocas semanas se llevó decenas de miles de vidas.
Durante los meses de abril y mayo, los cementerios y crematorios se vieron desbordados por la extraordinaria afluencia diaria de muertos de covid-19.
Por falta de espacio o de recursos, muchas familias del norte y el este de India se vieron obligadas a entregar los cuerpos de sus seres queridos a las aguas del Ganges, sagrado para los hindúes.
Otros optaron por enterrarlos en tumbas, apenas excavadas en las orillas arenosas del gran río, epíteto de la diosa madre Ganga Ma, que da y toma la vida.
Pero la llegada del monzón, acompañada de sus lluvias torrenciales, provocó inundaciones y desalojó a los muertos enterrados en sus orillas.
Cerca de 150 cadáveres que aparecieron en las últimas tres semanas fueron incinerados, indicaron las autoridades de Allahabad, un importante lugar de peregrinación hindú en el estado de Uttar Pradesh (norte).
Ahora las piras funerarias se multiplican en las orillas del río, donde se amontonan pilas de leña en previsión de que aparezcan más cuerpos para incinerar.
600 sepulturas
Decenas de cuerpos parcialmente sumergidos seguían tirados en el río, constató la prensa.
En el punto álgido de la segunda ola de la epidemia, hasta 600 cadáveres fueron enterrados sumariamente en las orillas del Ganges, según las autoridades de la ciudad.
Pero algunos habitantes creen que esa cifra está subestimada y temen que aparezcan nuevos cuerpos durante las próximas inundaciones.
Millones de hindúes acuden tradicionalmente al Ganges para bañarse y lavar sus pecados o para realizar ritos funerarios, que dan lugar a la incineración de los muertos en sus orillas y luego se esparcen sus cenizas en las aguas.
Miedo a golpear un cuerpo
Sonu Chandel, un barquero que trabaja en un crematorio a orillas del Ganges, recuerda las escenas de hace unos meses de entierros sumarios que le conmocionaron y está preocupado por la subida de las aguas.
“Fue muy triste ver a esta pobre gente enterrar a sus seres queridos de una manera tan indigna, y la subida de las aguas no hace más que empeorar la situación», dijo.
“Siempre tengo miedo de que uno [un cuerpo] golpee mi remo o de que [mi bote] pase por encima de un cadáver al subir el agua», reconoció.
Esta situación corre el riesgo de provocar enfermedades peligrosas.
“El gobierno debe investigarlo», declaró Dipin Kumar, que vive cerca del Ganges, en Allahabad.
Los habitantes de otros importantes lugares religiosos del norte de India, situados aguas abajo, temen que la presencia prolongada de cadáveres infecte aún más el río, uno de los más contaminados del mundo.
La policía y los equipos de rescate estatales están patrullando en busca de cuerpos en el río.
Las autoridades movilizaron dos embarcaciones para esta tarea en las orillas y a veces recurren a los pescadores locales.
“El flujo es muy rápido», aseguró un oficial de policía.
“En este momento es un desafío sacar los cuerpos», declaró.