Christian González|Tuxtla Gutiérrez

Las fiestas decembrinas son de las más esperadas durante el año, pues es el momento ideal para que las familias se unan y pasen momentos inolvidables, nostálgicos, pues es un momento de reflexionar y de recordar a los seres queridos que ya se fueron.

Además del nacimiento de Jesucristo, cada hogar prepara una serie de actividades para vivir momentos de armonía, y por qué no, de olvidarse un poco de la rutina, como ir al trabajo o a la escuela.

Sin embargo, hay quienes, por pereza o por otras razones, se olvidan de quitar los adornos alusivos a estas fechas, y de esa manera transcurren los meses o incluso años, y los mantienen, aunque sea empolvados.

Armando Flores, originario de Tuxtla Gutiérrez, cuenta que, dese hace tres años, mantiene unas luces navideñas y, al parecer, no las piensa quitar tan pronto.

Mientras que Susana, de San Cristóbal de Las Casas, asegura, en tono sarcástico: “Mi mamá colocó un muñeco de nieve y un angelito que ha cambiado de color; era blanquito, ahora es morenito”.

Yadira Coutiño, pobladora de Tuxtla, también afirma que una flor de Nochebuena grande, de plástico, la mantuvo colocada en la pared por al menos siete años, “hasta que me cansé de verla y la quité”.

Aunque hay quienes son más prácticos y sí “desarman” todo lo alusivo a estas fechas, como Karla, también de Tuxtla, quien detalla: “A mí no me gusta conservar nada, en cuanto empieza el 7 de enero, todo se guarda o se tira de inmediato”.

David López, otro poblador tuxtleco, advierte que un adorno en forma de reno lo mantuvo un par de años en su sala, y al parecer este diciembre no será la excepción.

Y usted, distinguido lector, ¿qué tanto ha mantenido sus adornos navideños en su casa?