Agencia El Economista| Tapachula
Ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, decenas de personas migrantes que se encontraban varadas en la frontera sur de nuestro país, han decidido conformar caravanas y así apresurar el paso hacia el norte de México, e intentar ingresar al país vecino antes de que concluya 2024.
Este lunes, desde el centro de Tapachula, Chiapas, cerca de 2,000 personas migrantes, en su mayoría provenientes de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, Cuba y Haití, alistan salir en una nueva caravana que incluye mujeres y menores de edad con rumbo a Estados Unidos.
Dicha caravana será la primera que se registre durante el mes de diciembre, y la segunda que parte en menos de 10 días desde la misma localidad.
De acuerdo con medios locales, el primer objetivo de los migrantes será llegar a la Ciudad de México, para solicitar en las oficinas centrales de la Comisión Nacional de Refugiados un permiso temporal que les permita transitar por el país de manera segura y más rápida.
En tanto, este sábado, la caravana que salió de Tapachula el pasado 20 de noviembre, integrada por cerca de 1,500 migrantes fue desarticulada por autoridades del Instituto Nacional de Migración, pues a la altura del municipio de Arriaga, Chiapas, les otorgó unos 1,000 permisos temporales para transitar libremente por el país durante 20 días.
Mientras que los demás migrantes decidieron seguir su camino en grupo con rumbo a la Ciudad de México, ello ante el temor de que los permisos otorgados por el INM sean un engaño y que las facilidades otorgadas sea una forma de agilizar su deportación.
Sobre este tema, el Instituto Nacional de Migración (INM) rechazó dichos señalamientos sobre que la institución de engañar a las personas extranjeras que deciden abandonar su tránsito por caravanas y aceptan el servicio de transporte que les ofrecen autoridades migratorias para trasladarse a distintos puntos en los que cuentan con servicio médico y se revisa su condición migratoria.
A través de un comunicado, el INM aseguró que el primer contacto que tienen al abordar los autobuses del INM, es con los Grupos Beta de Protección a Migrantes, quienes al momento les brindan líquidos para hidratarse y la atención inmediata que requieran.
«El INM no ha recibido reclamos por parte de las personas extranjeras que han optado por esta ayuda, toda vez que al aceptarla expresaron no querer enfrentar más riesgos en su camino. En ningún momento el INM les ha prometido nada que la institución no haya cumplido», argumentó.
Además, sostuvo que en el caso de las niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables, así como los núcleos familiares, se canalizan para su atención y «con ello, el INM refrenda el compromiso de brindar un trato digno a quienes transitan de manera irregular en México y ponen en riesgo su integridad y la de sus familias».