El Real Madrid apeló a su pasado. Volvió a estar abajo en el marcador y en un chispazo protagonizó otra remontada, ahora sobre el Bayern Múnich para ganarle 2-1 (4-3 global) e instalarse en la final de la Champions League, en donde enfrentará al Borussia Dortmund.

Alphonso Davies ilusionó al Bayern con un tremendo golazo al minuto 68. Momento para que Carlo Ancelotti hiciera ajustes y cambios.

Le resultó al técnico del Real Madrid. En tres minutos, le dieron la voltereta al marcador. Joselu marcó al 88 y 90+1, éste último tras la revisión del VAR.

Será la decimoctava final de la Copa de Europa/Champions League en la historia del Real Madrid, la sexta en la última década.

El conjunto dirigido por Carlo Ancelotti buscará la ‘Decimoquinta’ en un mítico estadio como el de Wembley donde espera seguir con su idilio con la máxima competición continental donde nadie ha sido capaz de derrotarle en sus últimas ocho finales, todas las que ha jugado desde 1998. Su última derrota en una pelea por la ‘Orejona’ fue en 1981 ante el Liverpool.

Antes, Nacho Fernández igualó con un gol anulado por una falta sobre Kimmich muy protestada por los locales. Y los alemanes también recriminaron al colegiado que pitara un fuera de juego justo antes de un remate que hubiera sido el 2-2, aunque con Lunin ya quedándose parado.

Como respuesta a una afición entregada incluso antes del pitido inicial, el Real Madrid arrancó con más energía y control del balón. Su mejor opción llegó por la derecha, tras una buena combinación y un envío raso y con música de Carvajal que no remató nadie. En una jugada parecida, aunque por la izquierda, a la réplica del Bayern, aunque el esférico tampoco encontró rematador.

La igualdad, con fases ofensivas para cada equipo, otra vez por la derecha, el lateral español filtró un pase para ‘Vini’, que disparó fuerte y cruzado encontrándose con el palo. Con fortuna, el rechace llegó a un Rodrygo que, con toda la portería, erró en su remate a placer, muy centrado y a las manos de un Manue Neuer que parecía superado. Los de Ancelotti desaprovechaban una gran oportunidad de romper el 0-0.

El plan del Bayern cambió rozando la media hora de partido por la lesión de Gnabry, al que sustituyó Davies para doblar el lateral izquierdo. E inmediatamente, Kane despertó del letargo al Bayern con una volea desde la frontal con un balón que parecía inofensivo pero que hizo emplearse a Lunin con una buena estirada.

Desde ahí, pacto de no agresión de los dos equipos, quizá conscientes del valioso botín en juego. Los alemanes solo encontraban peligro entre líneas, provocando cierto descontrol en el centro del campo madridista. Mientras, el Real Madrid se desperezaba con algún destello de Vinícius, como un centro lateral que se convirtió en un chut peligroso que salvó palmeando Neuer con una buena estirada.

Como en el inicio, el primero en atacar tras el descanso fue el Real Madrid, con el enésimo intento por la izquierda de ‘Vini’ llegando a línea de fondo y poniéndola al área pequeña, otra vez sin rematador. El brasileño era un dolor de cabeza para Kimmich, aunque no sacaba partido de ninguna de sus arrancadas. Ni en la más clara, otra vez con Rodrygo como protagonista y rematando desviado, lamiendo el poste.

Los blancos rozaban el deseado 1-0 sin fortuna, mientras el Bayern, aunque sin precisión en el último tercio, seguía su plan de buscar a un Harry Kane que daba mucho trabajo a la defensa madridista. Pero el Real Madrid comenzó el asedio, con una buena falta de Rodrygo y una buena jugada de ‘Vini’ con disparo potente incluido dentro del área; y ambas se encontraron con un sensacional Neuer. Sensación en el Bernabéu de que su equipo perdonaba a los alemanes.

El Real Madrid disfrutaba de sus mejores minutos, pero no de la efectividad a la que tiene acostumbrados. De hecho, vio como el Bayern se estiraba con una llegada prometedora de Musiala que disparó con la izquierda que repelió un atento Lunin. Fue una advertencia, porque en el siguiente acercamiento Davies, el más activo en la segunda parte en el conjunto alemán, se aprovechó de un cuadro merengue muy contemplativo para fulminar al meta ucraniano con un disparo cruzado con la derecha, a falta de 20 minutos.

Ancelotti no perdió más tiempo e introdujo en el campo a Modric y Camavinga, intentando agitar el ritmo y el ánimo. Y lo consiguió, respondiendo con el 1-1 en un córner con un remate de Nacho Fernández, pero VAR mediante, Marciniak consideró que el defensa empujó al ‘6’ alemán, que quedó tendido en el césped. El público y los jugadores del Real Madrid se echaron encima del árbitro, pero el gol no subió al marcador.

Aprovechando el descontrol, Kane pudo hacer el segundo, pero mandó su disparo al lateral de la red. Y Tuchel consideró oportuno introducir a Kim Min-jae, uno de los señalados en el Allianz Arena, para cambiar de formación a tres centrales, también para protegerse de Vinícius. Los alemanes comenzaron a estar cómodos y llegaron a estrellar un remate al larguero en un córner, aunque en fuera de juego.

Solo el ‘7’ brasileño creaba peligro, pero la pólvora mojada, cuando se entraba en los últimos diez minutos. Por ello, el Real Madrid emprendió, con el apoyo de la afición, el plan a tumba abierta, con el Bayern solo saliendo a la contra. Y en este territorio, como de costumbre en la Champions, el 14 veces campeón de Europa recurrió a la magia del Bernabéu, empatando a dos minutos del final con gol de Joselu. El ‘nueve’ madridista enganchó un balón suelto después de que un Neuer hasta entonces imperial fallara en la recepción.

El feudo madridista enloqueció y llevó a su equipo al segundo sin necesidad de ir a la prórroga con Joselu, de nuevo, como protagonista. El delantero confirmó que estaba inspirado y, en una jugada con varios rebotes, remató un pase ‘de la muerte’ de Rüdiger –cuya posición era justa pero el VAR lo confirmó–. Tras la incertidumbre con el videoarbitraje, el Bernabéu y los jugadores madridistas explotaron de júbilo. Lo habían vuelto a hacer, para sacar su billete a Wembley.