David Martínez|Ciudad de México

En la mañanera de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que con la ministra Norma Piña los jueces “tienen licencia para robar”.

“Llega la señora Piña y los jueces son autónomos, o sea, licencia para robar, hagan lo que quieran, porque así tiene fuerza al interior del Poder Judicial. Es una relación de componendas, como si se tratara de una mafia”, agregó López Obrador.

Y continuó diciendo que en muchos otros casos si hubiera estado Zaldívar difícilmente se le descongelan las cuentas a la esposa de (Genaro) García Luna, Zaldívar no hubiese contratado a un asesor de García Luna que trabaja ahora de ayudante de la presidente Norma Piña.

Ante una nueva pregunta sobre el asunto del ex titular de la paraestatal, investigado por el caso Odebrecht y Agronitrogenados, el mandatario federal consideró que con la ministra Piña “está tomada la Corte y el Poder Judicial, sin duda”.

El ejecutivo federal insistió que cuando estaba el ministro Arturo Zaldívar al frente de la SCJN había más recato y apoyaba cuando se le alertaba de un posible caso ante una eventual liberación.

“Cuando había un asunto de este tipo, nosotros respetuosamente interveníamos. No sólo es la libertad, aun cuando se trate de libertad domiciliaria para políticos, sino la delincuencia organizada, con mucho poder, acaban de suceder casos así, donde los jueces protegen y ordenan que se libere a un delincuente en horas, no 72 horas, en 24 horas, y un sábado (…) Cuando se daban estos casos, se hablaba con Zaldívar, y él, respetuoso de las autonomías de los jueces, pero pensando en el interés general, en la justicia, en proteger a los ciudadanos ante el crimen, hablaba con el juez y le decía: ‘Cuidado con esto’”.
Sin embargo, el presidente López Obrador lamentó que con la actual presidenta de la Corte no sucede lo mismo.

Luego de que un juez concedió libertad condicional a Lozoya, el ejecutivo federal dijo que hay suficientes pruebas en contra del ex funcionario, pero el Poder Judicial está en un plan de otorgar perdones, concediendo impunidad y no aceptar la prisión preventiva.