Agencia Excelsior
La arquidiócesis de San Francisco, California, se ha declarado en bancarrota como resultado del abrumador número de demandas por abuso sexual infantil presentadas en su contra, superando las 500 acusaciones.
En un comunicado oficial, el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, expresó la difícil situación que enfrenta la arquidiócesis al afirmar: «La desafortunada realidad es que la arquidiócesis no tiene los medios financieros ni la capacidad práctica para litigar todos estos reclamos de abuso individualmente».
Estas numerosas denuncias formales contra sacerdotes y miembros de la arquidiócesis surgieron el año pasado, tras la aprobación de una ley estatal que permitió sacar a la luz casos de presunto abuso sin importar cuánto tiempo hubiera transcurrido desde que ocurrieron.
Un dato preocupante es que, a pesar de que muchos de los sacerdotes mencionados en las demandas ya han fallecido, al menos tres de ellos continúan ejerciendo funciones religiosas en el área de San Francisco, según una investigación de la cadena NBC.
La declaración de bancarrota permitirá a la arquidiócesis congelar temporalmente todos los procesos legales en su contra, mientras desarrolla un plan para determinar sus activos disponibles y cómo liquidarlos para hacer frente a las demandas presentadas por las víctimas de abuso.
Tanto la arquidiócesis como los tres sacerdotes aún en actividad han negado rotundamente las denuncias en su contra, alegando que una investigación interna no encontró fundamentos sólidos en las acusaciones.