Ciudad de México

Después de un amodorramiento diplomático de un cuarto de siglo, México vuelve a abrirse espacio como líder en América Latina y el Caribe, semejante al que ejerció durante la Guerra Fría, de contra- pesos y antes de que el modelo neoliberal le hiciera virar su política exterior hacia los intereses de Estados Unidos.

“Es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro ni salida, ya no beneficia a nadie. Hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador el 24 de julio pasado.

En el contexto de este posicionamiento, López Obrador lanzó una iniciativa cabildeada en los últimos meses por el canciller Marcelo Ebrard, para desaparecer o al menos renovar la Organización de Estados Americanos (OEA).

El futuro de la OEA será la médula en la sexta cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) —que pro tempore preside López Obrador—.

El caso OEA también se convertirá en el punto de quiebre para que México retome su papel estelar en la región latinoamericana, como lo fue en tiempos del nacionalismo revolucionario, cuando la Doctrina Estrada (de la autoría del canciller Genaro Estrada Félix) de 1930, establece los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos que rigen la política exterior de México.

En ese espíritu no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador, a petición y aceptación de las partes en conflicto”, dijo López Obrador en el marco de la conmemoración 238 del natalicio de Simón Bolívar, Libertador de América, desde el Castillo de Chapultepec, hace dos meses.

Vive del dinero de EU

La OEA, creada el 30 de abril de 1948, como un sitio de índole político para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América, tiene su sede la capital de Estados Unidos, su principal aportador económico: de los 81 millones 105 mil 400 dólares de cuotas en el 2012, la Unión Americana entregó 48 millones 512 mil 700 dólares, según el informe sobre el cumplimiento con el pago de cuotas al Fondo Regular.

Además de que la presidencia del uruguayo Luis Almagro, ha sido considerada como polémica, injerencista. Con claros visos de tomar partido por alguna causa, por ejemplo, en favor de Juan Guaidó, en el caso de Venezuela.

El hecho más reciente, enmarcado en esos calificativos, sucedió a finales de octubre de 2019, durante la elección presidencial en Bolivia. Entonces la OEA acusó que Evo Morales, que buscaba su cuarta reelección, de que había cometido fraude. Morales tuvo que ser rescatado por el gobierno mexicano en un avión del Ejército.

Meses después, una investigación de la Universidad de Pensilvania, con datos publicados en The New York Times dejó al descubierto que las proyecciones de la OEA respecto a los votos en favor de Morales eran erróneas. Es decir, que Morales hubiera podido volver a ser presidente. Y la prueba es que Luis Arce ganó las elecciones de finales de 2020.

De lograr el consenso de los países integrantes de la Celac —fundada en México 2010, ante la desaparición del Grupo de Río—, para que la OEA se transforme, México habrá logrado un golpe de timón en la geopolítica latinoamericana.

Tratado de Tlatelolco

Este eventual triunfo podría sumarse a otros que la diplomacia mexicana obtuvo antes de que el sistema neoliberal se impusiera como fundamento de política económica y de gobierno. Un ejemplo es el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, conocido popularmente como Tratado de Tlatelolco.

Este tratado impulsado por el entonces canciller mexicano Alfonso García Robles entre 1967 y 1969 —que le permitió ganar el Nobel de la Paz en 1982—, es un tratado internacional que establece la desnuclearización del territorio de América Latina y el Caribe.

Pocos años después de ese tino mexicano, vino otro, en 1974, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas ONU), hizo suya la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados. Esta serie de documentos fueron propuesta del entonces presidente Luis Echeverría que en enero próximo cumplirá 100 años de vida.

Se considera esta Carta como fundamental en el nuevo orden económico internacional, ya que se trató de propuestas desde la realidad de los entonces llamados países del Tercer Mundo (ahora conocido como emergentes), durante la década de 1970.

El asilo político que el gobierno de Echeverría dio a chilenos y argentinos en 1973 y 1976, como resultado del golpe de estado a Salvador Allende, por parte de Augusto Pinochet, en 1972; y cuatro años después a la argentina Isabel Perón, a manos de Jorge Rafael Videla, son hechos reconocidos mundialmente a la diplomacia mexicana.

Con los Sandinistas

En esa dinámica diplomática latinoamericana, en 1978, el gobierno de México fue un baluarte en el proceso de la revolución sandinista contra el dictador Anastasio Somoza. Entre los guerrilleros sandinistas estaban Daniel Ortega, actualmente convertido en un gobernante autoritario, calificado peor que el Somoza de hace cuatro décadas.

El canciller Jorge Castañeda Álvarez de la Rosa, fue pieza clave de ese capítulo de la política exterior conducida por el entonces presidente José López Portillo, autoproclamado como el último presidente de la Revolución Mexicana.

El sucesor de López Portillo fue Miguel de la Madrid, a quien los hechos marcan como el precursor del neoliberalismo en México. Durante su gobierno, en 1986 México entró al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), antecedente del TLC del presidente Carlos Salinas y del T-MEC de Enrique Peña Nieto.

Contadora, otro acierto mexicano

La influencia que pueda tener México en la sexta cumbre de la Celac podría recuperar el lustre en el Grupo Contadora de 1983, donde brilló la diplomacia ejercida por el canciller Bernardo Sepúlveda Amor. Este grupo fue una instancia multilateral propuesta por México a Colombia y como invitados participaron Panamá y Venezuela. El objetivo era promover la paz en Centroamérica. Los conflictos armados en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, eran un foco de desestabilización para la región, según se podía leer en los medios de comunicación de la época.

Contadora fue un grupo que no tuvo el beneplácito de Estados Unidos, ya que Centroamérica era uno de los escenarios que utilizaba como parte de la Guerra Fría que desarrollaba contra la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.

En septiembre de 1983, a causa de la mediación de Contadora, los cancilleres de los países centroamericanos adoptaron un Documento de Objetivos en la ciudad de Panamá. El documento declara la voluntad de los gobiernos centroamericanos de promover la democratización y terminar los conflictos armados, actuando de acuerdo al derecho internacional, para revitalizar y restaurar el desarrollo económico y la cooperación en Centroamérica, y negociar mejores accesos a los mercados internacionales.

Hoy, arribo de jefes de Estado y de Gobierno

Este fin de semana se realiza en la Ciudad de México, la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

A lo largo de este viernes el canciller Marcelo Ebrard Casaubon recibirá a los jefes de Estado y Gobierno de los países que integran la cumbre, en el aeropuerto internacional de la capital del país.

Por la noche, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofrecerá una cena a los 16 jefes de Estado, tres vicepresidentes y 14 cancilleres que confirmaron su asistencia.

El sábado se realizarán los trabajos, que tendrán como guía, la entrega del informe que México expondrá, con motivo de sus dos años al frente del organismo.

Como segundo punto, los países que integran la Celac compartirán los resultados de sus ensayos clínicos de vacunas contra covid-19 para que en el futuro exista una inmunización regional.

Además, se formalizará la creación de la Agencia Latinoamericana del Espacio y como último rubro se trazará una ruta de trabajo para analizar el futuro de la Organización de Estados Americanos.