Larráinzar
Chuchiltón, Larráinzar, pasó a la historia al ser la primera comunidad en el mundo que logra, a través de sus usos y costumbres, firmar un “Acuerdo de Asamblea Indígena para Erradicar la Violencia contra las Mujeres”, con lo que pone fin a las diversas problemáticas sociales que provocaba que la violencia fuera en aumento.
Derivado de este acuerdo, que promueve alianzas que generen las condiciones para una vida digna para las mujeres, la Secretaría de Igualdad de Género de Chiapas (Seigen), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realizó una visita de trabajo en la comunidad de Chuchiltón, donde implementarán el proyecto “Resiliencia de las mujeres indígenas y rurales a los impactos de la Covid-19”.
María Mandiola, titular de la Seigen, explicó que este proyecto busca consolidar redes físicas de sororidad entre mujeres de Chiapas, para que ayuden a aumentar su participación económica y contribuir así a una mejor recuperación de sus comunidades, con lo que tendrán una vida libre de violencia, con seguridad alimentaria y salud financiera.
Al destacar que las mujeres de la comunidad votaron de manera directa para aterrizar este proyecto, María Mandiola afirmó que este acuerdo es un paso sin precedentes para avanzar hacia la igualdad, a través del diálogo y la autonomía de las comunidades indígenas.
“Es histórico lo que ha sucedido en Chuchiltón, el que hayan logrado este acuerdo por asamblea, el cese de la violencia contra las mujeres”, destacó, al tiempo de sostener que uno de los pilares de Chiapas está en sus mujeres indígenas, que son ejemplo de fortaleza y resistencia, por lo que en este gobierno, dijo, “respaldamos decididamente el talento y el liderazgo de las mujeres indígenas”.
Por su parte, María del Sol Sánchez Rabanal, oficial nacional de Género del PNUD, dijo que el proyecto busca darles las herramientas necesarias para fortalecer este acuerdo histórico. “En Naciones Unidas nos sorprendió mucho este acuerdo. No hemos encontrado otra experiencia así a nivel mundial, y es por eso que queremos darle voz a Chuchiltón, para replicarlo en otras partes del mundo, porque es el camino por el que vamos a eliminar la violencia contra las mujeres”, señaló.
Un límite para la violencia
Micaela Gómez Núñez, representante de Chuchiltón, relató que “la comunidad estaba muy mal, empezamos a darnos cuenta que todo era un desastre, entonces mujeres y hombres dijeron ‘Hay un límite para todo’, que tenía que haber formas de resolver el problema. El segundo paso fue que los hombres, ellos mismos, decidieron, que nos dieran nuestro lugar; se dieron cuenta que como mujeres valemos mucho, y nos reunimos para resolver nuestros problemas. Ya tenemos un acuerdo, creo que vamos mejor”.
Asimismo, Karina Sánchez Bazán, de la FAO, explicó que su papel en el proyecto en esta comunidad tiene que ver con garantizar que haya comida para todas las personas en todo momento; “nuestro trabajo no tendría razón de ser, si no fuera por ustedes”. Cabe señalar que este proyecto se implementará también en Sibacá, Ocosingo.
Por último, María Mandiola agradeció el respaldo y apoyo de las autoridades de Chuchiltón y de Larráinzar. “El acuerdo es un punto de llegada, pero también un punto de partida; es un avance, y estoy segura que con mucho diálogo, con todo el respaldo y la acción gubernamental, vamos a continuar trabajando en los cambios que se necesitan para seguir transformando las realidades en la vida de las mujeres indígenas de Chiapas”.