AGENCIA/CDMX

Como una mujer manipuladora, maquiavélica y sin escrúpulos es como pinta el director neoyorquino Woody Allen a Mia Farrow, actriz con la que sostuvo una relación laboral y amorosa entre 1980 y 1992 y con quien protagonizó uno de los escándalos más sonados de la industria del entretenimiento cuando ella, furiosa por haber encontrado unas fotos desnuda de su hija adoptiva Soon Yi-Previn en el departamento de Allen, comenzó una batalla mediática en la que aseguró que el director había abusado sexualmente de Dylan, la niña que ambos adoptaron y que se había aprovechado de Soon-Yi.

Sí le pedí matrimonio a una mujer joven, que se llama Soon-Yi, y para mi gran dicha, accedió, pero esa historia es para más adelante y sí hay algo que contar al respecto. (Y espero que no sea la razón por la que compraron este libro)”, se lee en A propósito de nada, autobiografía de Woody Allen.

A lo largo de 439 páginas, el realizador ganador de cuatro Oscar, tres de ellos como guionista y uno como director, va contándole al lector acerca de sus orígenes, sus padres y de cómo de su deseo de ser mago, después músico y luego comediante le llevó a escribir guiones para televisión hasta que llegó a la dirección. Dedica gran parte de su autobiografía a contar anécdotas sobre sus rodajes, sus amores y amistades hasta que llega a la parte que despierta más curiosidad: su triángulo con Farrow y con su hija adoptiva Soon-Yi.

En el libro, Allen, cuyo nombre de pila es Allan Stewart Konigsberg, deja en claro que su hoy esposa Soon-Yi fue víctima de violencia física y sicológica de parte de su madre adoptiva Mia Farrow y a su vez se  defiende de las acusaciones valiéndose de ciertos estudios sicológicos que se le realizaron tanto a Mia Farrow como a la entonces niña Dylan, hoy una mujer de 35 años que ha asegurado en recientes años que su padre adoptivo (Allen) la violentó sexualmente.

Al doctor le bastó una sesión con Mia para darse cuenta de que estaba frente a una mujer trastornada y peligrosa e intervino inmediatamente para proteger a Soon-Yi”, se lee en la página 283 del libro cuando habla de su hoy esposa.

Según nuestro dictamen, Dylan no fue sexualmente abusada por el señor Allen. Más aún, creemos que las declaraciones videograbadas de Dylan y las que efectuó ante nosotros durante nuestra evaluación no hacen referencia a sucesos reales que le hayan ocurrido el 4 de agosto de 1992. No fui yo quien propuso la hipótesis de que Mia la había aleccionado. Esa fue una conclusión mencionada por la investigación de Yale-New Haven”, se lee en la autobiografía editada por Alianza Editorial, que en México recién circula.

La editorial le proporcionó a Excélsior las primeras 19 páginas del libro en las que el director, que el próximo primero de diciembre cumplirá 85 años, habla de su familia, de un abuelo paterno que perdió sus propiedades por invertir en Wall Street, de un padre que combatió en la Primera Guerra Mundial, y que hasta el último día de vida cargó siempre una pistola, y de una madre muy trabajadora a la que Allen define como poco agraciada.

Que él (su padre) y Nettie terminaran juntos es un misterio comparable a la materia oscura. Eran dos personajes tan opuestos como Hannah Arendt y Nathan Detroit, que no se ponían de acuerdo sobre nada excepto Hitler y mis calificaciones escolares. Y sin embargo, a pesar de esa carnicería verbal, siguieron casados durante 70 años, sospecho que por puro rencor. En defensa de Nettie, mi mamá, debo decir que era una mujer maravillosa: inteligente, trabajadora, sacrificada. Era fiel y amorosa y decente, pero no, digamos, físicamente agradable. Años más tarde, cuando yo decía que mi madre se parecía a Groucho Marx, la gente pensaba que estaba bromeando…”, escribió Allen.

Hace tres semanas la actriz británica Kate Winslet, ganadora de un Oscar en 2009, causó revuelo en los medios de comunicación al decir en una entrevista a Vanity Fair que: “Qué carajos hacía yo filmando con Woody Allen y Roman Polanski. Es increíble ahora para mí cómo esos hombres fueron tenidos en tan alta estima en la industria del cine y durante tanto tiempo”, expresó Winslet.

Cabe destacar que ambos directores han sido señalados por violación a mujeres y que sus casos adquirieron más resonancia con el movimiento #MeToo. Kate Winslet trabajó con Polanski. en Carnage, en 2011, y con Allen rodó Wonder Wheel, en 2017.

Algunas voces de la industria aseguran que Winslet apenas salió a hablar de eso y quiso deslindarse de dichos directores debido a la posible nominación que podría recibir por su papel en Ammonite, filme de Francis Lee, en el que interpreta a Mary Anning, conocida como la madre de la paleontología y quien sostuvo varios romances con mujeres.

Sobre esto, Woody Allen escribió algo ejemplificando cómo los actores son persuadidos para que se deslinden de él.

Timothée (Chalamet) declaró públicamente que se arrepentía de haber trabajado conmigo y que iba a donar el dinero a la beneficencia, pero le juró a mi hermana que tuvo que hacerlo porque estaba nominado a un Oscar por Llámame por tu nombre y él y su agente pensaban que tenía más posibilidades de ganar si se ponían en mi contra, de modo que lo hizo”, escribió Woody Allen en la página 430.